jueves, 15 de agosto de 2013

¿Quienes somos?, ¿adonde vamos?,... ¿y ellas?

Atmósfera in blue tirando a gris oscuro. Bocadillo de chorizo y cocacola. ¿Aguantará mi mente, que no mi cuerpo, hasta los 67? ¿Doscientos mil muertos en un minuto de rabia geológica? ¿Los encuestados girarán a la derecha en la primera intersección electoral? ¿El cristiano Deuteronomio es la base del Estatuto de los Trabajadores agnóstico? Nada de eso ocupa hoy mi pensamiento, sino… las gaviotas de Barcelona. Su simbiosis con el medio me da medida de lo sabia que es la naturaleza para sobrevivir en situaciones extremas (crisis what crisis). Las he visto nadando moviendo sus patas como patos en el lago del parque de la Ciutadella, esperando los mendrugos de pan que lanzan los endomingados chiquillos, que hasta parece que dicen cuacuaaaaa. Me he carcajeado cuando roban plano en los posados de los turistas del puerto, al situarse inmóviles detrás de los retratados, (compartiendo protagonismo con el hotel vela o el Maremagnum), que solo les falta decir pataaataaaa, para que se les recompense con palomitas de maíz coloreadas o migas de gofres. ¿Qué diría Juan Salvador si levantara el pico? ¿Se refería a esto Darwin cuando explicaba que al cambiar el ambiente, los seres vivos deben adaptarse a las mutaciones? La competencia permite la supervivencia de los más aptos. ¿Están en la lista de las aptitudes la hipocresía, falsedad y lamaculez? Cual sofisma naturista deducimos que si venimos de los monos imitadores, ¿no tendríamos que tomar nota de las listillas gaviotas? Ya me veo cuando (virgencitanolopermitas) yo haga cola en el paro y tenga que enmascarar mis carencias lamiendo plumas y graznando belicosa y carroñera en rasantes vuelos sobre trabajos basura. ¿Hemos evolucionado las especies? Creo que me apunto a la teoría creacionista. Prefiero pensar que vengo de una costilla divina a que voy a mutar en animal