domingo, 8 de mayo de 2011

Abril 2011-Mediterráneo Occidental-Splendida Yacht Club

 Poca o ninguna, (si no era la de serie), la ciber-información que se tenía hasta ahora del Spléndido Yacht Club. Una inteligente política publicitaria de MSC ha llevado  este selecto rincón de proa a las digibocas, (todas golosamente alimentadas) de blogueros y webistas. No puedo mejorar sus sabias apreciaciones de viajeros-marineros  empedernidos. Pero si aportar mi visión de turistona neófita en lujerios y casi virgen de embarques, que confunde ortografías (yachtyatchyack) y amalgama sentimientos.

Aunque parezca un rap deportivo de moda, son mis reflexiones más profundas.

Primero y más importante, ¿por qué las gratuitas piñas coladas del One Pool Bar tienen muy poquito ron y si las pagas en la zona común se te suben a la cabeza? ¿Será para que no te quedes dormido en el Jakuzzi? ¿Será porque los italianos tienen cargo de conciencia al haber esquilmado Cuba de mulatonas y no quieren desabastecer al caribeño pueblo de su dulce caña?

La mayor de las intrigas… ¿por qué al camarero latino (en la foto mirando el mar) del Top Sail le sonaban sus pisadas a metálico? ¿Tendrá plaquetas para deselectrificarse de la moqueta? ¿Será por eso que siempre hay alguien abriéndote la puerta del susodicho Lounge para que no te lleves recuerdo en forma de latigazo voltaico?

¿Por qué cuando mi marido entró en la suite tras un exhaustivo reportaje fotográfico de la nave y me vio saliendo del baño con una toalla enrollada en mi relajado, feliz y perfumado cuerpo, me dijo “¿QUEHACEESEHOMBREENELBALCONNNNNN??”  y yo inocentemente “Cómoquéquiennn?” y dirijo mi mirada hacia donde echan chispas sus ojos y veo un pizpireto limpiacristales con chubasquero amarillo que solícitamente recoge sillas?  ¿Filmaría yo una exitosa película con la escena, poniendo música otelliana, protagonizada por el impermeable Bates, en el camarote-suite de los hermanos Marx? No sería éxito de taquilla si el limpiador no llama dos veces.

¿Por qué no me deshicieron la maleta? Yaseyaseyase  que era difícil con la combinación de seguridad de la Samsonite pero, ¿por qué no me recogieron el vestido que había dejado revuelto sobre la cama cuando dejaron el programa del día siguiente sobre el? La chocolatina no endulzó mi decepción.

¿Por qué destruyen las fotos que no se venden y no hacen precio especial al finalizar el crucero, al menos a los que ya compraron algunas o se alojan en el Yacht o Yatch o Yack Club?

¿Por qué el capitano no quitaba ojo de mi escote en la cena? ¿Es que debería haber llevado traje-chaqueta negro-ejecutivo como las otras dos mujeres invitadas a su mesa y su señora esposa? ¿Necesitó cruzar la mirada con mi marido para comprender que yo soy una rosa de desiertos, no de vientos marineros y no se vestir discreta en una situación privilegiada donde se besan manos y el somelier te susurra al oído las bonanzas de la cosecha que escancia primoroso sobre tu copa?.

¿Por qué cuando estás en el solarium con microclima de paravientos siempre hay alguien que intenta entrar en la zona VIP y te pide que le abras? Y cuando enseño mi tarjeta ellos me muestran la suya y les digo quenoquenoqueno que esta es Grand Classssss y a ti te toca el ruidoso-inapetecible-amigodedietasycomerrápido Bora Bora.

¿Por qué mi sorrentino camarero del Olivo me decía cada noche con voz rota de padrino joven que le dejara a el la elección del postre?¿Por qué acertaba siempre mis gustos? ¿Por qué aquella pimienta molida olía a paraísos orientales que bien valieron una ruta para descubrir nuevos mundos?  

¿Por qué en las escalas no tenía prioridad en las entradas y tenía que sufrir las largas colas junto con el resto de comunes mortales que me miraban mal por intentar usar mis elitistas privilegios?

¿Por qué en el rincón de la discoteca destinado a los yatchs no servían bebidas gratuitas para los mismos?  Como me dijo el comandante, el Club es otro barco, pero ¿hay que restringirse a la pecera o bien rascarse el bolsillo para bailar contentillo el wakawaka?

¿Por qué la mallorquina noche de marejada no cesaron de sonar las perchas en un chocar muy musical mientras la luz del vestidor se encendía y apagaba cual anomalía poltersgeist  de la cubierta Michelangelo?

¿Por qué no informan de todas las prestaciones incluidas, como las entradas al SPA que supimos demasiado tarde? ¿Lo de la prioridad en la reserva de masajes era un invento?
¿Por qué no había música en la suite, melodías que adornaran nuestra íntima felicidad ?
¿Por qué ves los mismos trabajadores, tanto haciendo de relaciones públicas como sirviendo bebidas o pasando la aspiradora? ¿Cada cuantos camarotes había un mayordomo exclusivo? ¿Por qué me hablaba más suave y bajaba más la cabeza desde que supo que el comandante me había invitado a su mesa?

¿Por qué es tan duro volver a la realidad y privarse de esas meriendas con tes variopintos servidos en caja que parece de puros, canapés de caviar auténtico y olivas que saben a Mediterráneo Occidental?

¿Por qué, pasados unos dias del embrujo marinero, veo todo aquello como un sueño, al que intento llegar cada noche cuando, en mi duermevela insomne, recreo el runrun de aguas plateadas entrando por el balcón entreabierto?.

2 comentarios:

  1. Hola Bea !!

    Me parece muy bien que hables de las cosas que en la mayoria de los casos apenas se hablan en los temas de los cruceros y los cruceristas, esa es la diferencia entre tu blog y el resto que abordan este tema tan machacado por muchos.
    Suerte en el desarrollo de este blog y que lo disfrutes por mucho tiempo....aqui me tendrás de fiel seguidor de tus reflexiones...
    Bernard

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  2. Por qué ?? por qué ?? te me estás pareciendo a Mou de los merengues o no ?? jjejeje es una broma..

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