Mis palabras en este escrito son totalmente prescindibles. Las imágenes bien valen un reflexivo silencio.
Gracias a Bernard por su trabajo fotográfico y compromiso contra la fuerza desproporcionada.
La policía autonómica catalana y la guardia urbana avisan a los indignados acampados que desalojen porque van a limpiar. Se resisten al dudar de sus intenciones.
Alguien raja con una navaja el neumático de un furgón. Comienzan los palos y balas de goma.
Bernard es testigo de cómo una de estas impacta en el abdomen de un reportero gráfico.
Se aprecia la pelota en el suelo, a la derecha de su mochila. Un manifestante intenta ayudarle.
No sabemos como termina porque los mossos rodean la escena y apartan a Bernard.
Una peligrosísima arma arrojadiza.
Y comienza la limpieza, ante la atenta mirada de los desalojados y personas que han llegado para apoyarlos... y alguna estatua que se ha quedado de piedra.
Limpieza de protestas biodegradables
Siempre con las manos levantadas.
Pidiendo la paz y la palabra
Desigual combate
Dos muros, una esperanza
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